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Lo que lees sobre la salud en tu cara

Leer en la cara lo saludable que eres? Obras!
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Tu cara refleja tu salud, así que lee en tu cara cómo se trata de ti

Una mirada vale más que mil palabras, ¡y puedes leer en la cara lo saludable que está alguien!

"La idea básica es simple: así como nuestros genes y hormonas afectan nuestro crecimiento, también lo hacen nuestros personajes", explica Carmen Lefevre, de la Universidad de Northumbria. Lefevre puede leer caras .

Con esta suposición, Lefevre observó la estructura ósea de varias caras y llegó a la conclusión de que las personas con un alto nivel de testosterona tienen caras más anchas y pómulos más grandes.

Al mismo tiempo, estas personas suelen ser personalidades dominantes, a menudo más agresivas, que aquellas con caras estrechas, que por cierto tienen menos testosterona.

Fascinante? Seguro. Pero va aún más allá: según los científicos, ¡nuestra salud también está escrita en nuestras caras! Por ejemplo, se supone que la grasa en nuestra cara te dice qué tan en forma estamos. ¡Nuestra cara incluso sería un mejor indicador de nuestro estado de salud que el conocido IMC!

Específicamente, las personas con caras más delgadas tienen menos probabilidades de sufrir enfermedades infecciosas, y si las atrapan, la infección probablemente no sea demasiado grave. Y: las personas con caras delgadas también tienen menos probabilidades de sufrir depresión y ansiedad; después de todo, las personas en forma son menos susceptibles a estas enfermedades. Así es como funciona la lectura de caras .

Pero, ¿cómo puede la redondez de la cara revelar algo sobre la personalidad de una persona? Benedict Jones, de la Universidad de Glasgow, dice: "La salud de una persona no depende del contenido total de grasa del cuerpo, sino de cómo se distribuye la grasa en todo el cuerpo". Por lo tanto, las personas con caderas anchas pero parte superior del cuerpo delgada son más saludables que las que para almacenar la mayor parte de la grasa en la parte superior del cuerpo.

¿Y qué tiene eso que ver con la cara? "La plenitud de la cara puede reflejar el depósito de grasa de este cuerpo", dice Jones. Según Jones, la grasa facial puede ser uno de los depósitos de grasa más peligrosos por alguna razón inexplorada, al igual que la grasa de la parte superior del cuerpo.

Pero en la cara lees aún más: todavía hay pistas ocultas, casi sutiles para nuestra salud. Más precisamente, en nuestro sistema inmune. Por ejemplo sobre el color de la piel. No se trata de luz u oscuridad, sino de las sombras, apenas visibles a simple vista, que reflejan el estilo de vida de una persona.

Si este tono pasa a amarillo dorado, la persona vive sana, según los investigadores. La razón: los pigmentos que producen este tono se deben al consumo de caroteno, el colorante que se produce, por ejemplo, en alimentos saludables como zanahorias, naranjas y otras frutas y verduras rojizas, que fortalecen nuestro sistema inmunológico.

¿Y si el sonrojo viene a nuestras caras? Bueno, cuando te sonrojas, podría ser un signo de buena fertilidad, dice Jones. En el apogeo del ciclo menstrual, las mujeres son aún más propensas a ponerse rojas de vergüenza porque luego producen más estradiol, la hormona sexual responsable de ello. Esto dilata los vasos sanguíneos, justo en la cara, y hace que las mujeres estén más rojas de lo habitual.

Sin embargo, lo que más interesa a Jones y a Lefevre es la relación entre la personalidad, el estilo de vida y la apariencia de una persona. ¿Cómo se influyen estos componentes entre sí? ¿Y cómo cambian en el curso de la vida?

Desde entonces, un estudio ha demostrado que las personas que tienen la llamada cara de bebé, rasgos faciales más suaves, apenas dominan a una edad temprana. Pero: cuanto más viejos se vuelven, más específicos aparecen. ¿Cómo puede ser eso? Los científicos sospechan que a lo largo de los años estas personas están tratando de compensar su apariencia infantil con un comportamiento dominante.

Lo que más fascinaba a los científicos en este contexto: ¡ ciertos aspectos de la personalidad que eran menos obvios a una edad temprana pueden incluso cambiar la apariencia de nuestra cara en el transcurso de la vida!

Los investigadores han demostrado que las mujeres que son sociables desde su adolescencia hasta los treinta años se ven mejor en sus 50 años que aquellas que son naturalmente bonitas pero menos comprensivas. Explicación: en primer lugar, las mujeres sociables han descubierto a lo largo de los años qué las hace más bonitas. En segundo lugar, han explorado por sí mismos cómo expresar mejor su confianza en sí mismos.

Conclusión: aunque no podemos controlar nuestros genes, pero al cultivar nuestra personalidad y nuestra autoestima, esto refleja nuestra cara nuevamente. ¡Y eso, según los investigadores, es más importante que el control dirigido de nuestros genes para hacer que nuestra cara sea más bella!

Entonces, para ser bonita, no necesitamos Botox o estiramiento de la piel: ¡una autoestima saludable y la alegría del contacto lo hacen! Y es mejor leer de una cara natural que de una artificial.

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